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La Radioafición

La radioafición nació en todo el mundo a comienzos del siglo XX, como una actividad practicada por desinteresados cultores de las radiocomunicaciones; al principio carecía de regulación y no se diferenciaba de otras ramas, como la radiodifusión.

 

Los radioaficionados existen desde el inicio de las radiocomunicaciones.

 

La radioafición es una actividad recreativa muy especial, sin fines de lucro, que no sólo entretiene y educa a sus cultores, sino que además presta valiosa ayuda a la comunidad -en casos de emergencia, por ejemplo-; adicionalmente, en muchas ocasiones ha sido un laboratorio vivo, donde se han desarrollado y experimentado nuevas ideas y tecnologías, que luego sirven a toda la humanidad.

 

Por ejemplo, en los años 20 del siglo pasado, se pensaba que el espectro radioeléctrico -por entonces un recurso muy desconocido- era útil sólo hasta frecuencias del orden de 1 MHz, y que de ahí para arriba no servía.

 

Fueron radioaficionados los que descubrieron la enorme potencialidad de las ondas cortas (3 a 30 MHz), que permitieron establecer comunicaciones a grandes distancias, con el uso de transmisores de relativamente poca potencia.

 

Por lo anterior, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y casi todos los Estados del mundo le han asignado valiosos segmentos del espectro a los radioaficionados.

 

En Chile hay actualmente unos 7.000 radioaficionados con licencia, que son autorizados por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel).

 

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